martes, 27 de mayo de 2014

Nadie dijo fácil (primera parte)

El pabellón estaba completamente lleno, las luces desaparecieron y tras el telón del escenario aparecía una luz que marcaba una silueta. Cayó el telón, la música comenzó a sonar, con mucha fuerza, sin estridencias. Un sólo de guitarra, la música inundaba la sala entre los gritos de la multitud. Un brusco movimiento de la cabeza del guitarrista hizo ondear su melena en el viento, marcando la señal. Completa oscuridad, ya solo sonaba la batería, un cañón de luz rompió la escena y desde la derecha del escenario comenzó a salir lentamente, a medio camino entre la timidez y la sedución, una mujer de larga melena, oscura, completamente lisa. Volvió la música, el concierto daba sus primeros pasos.

El público no paraba de moverse hasta el anuncio de la cuarta canción. Esta es una bellísima canción de amor, una más. La guitarra acústica llenaba todo con su melodía romántica, sustituyendo el sonido ensordecedor que marcaba el ritmo hasta entonces. Las parejas, abrazadas, aprovechaban la melodía para buscar un contacto que hasta entonces no habían tenido, tal vez porque habría desentonado. Al finalizar, otro tema de similares características y un tercero.

- Esta es la canción.

- Debería irme.

- Puedes hacerlo si quieres, yo no te sujeto. Pero me gustaría que te quedaras.

- Yo quiero quedarme.

Él la abrazó por la espalda, acariciando sus manos sobre el vientre de ella. Cerró los ojos, por su mente pasaban demasiadas contradicciones como para hacer algo más que dejarse llevar por la música y las caderas de ella. Ella no sabía bien que hacer. Quería pasar con él toda la noche, pero había abandonado a todos sus amigos y había prometido volver antes de que empezara el concierto. Además, aquel día era el último que estaría con algunos de ellos antes de que se fueran para empezar las clases.

- David.

- ¿Qué?

- ¿Se te ha pasado ya el enfado?

- No estaba enfadado, pero me molesta mucho que la gente sea tan irresponsable…

- Sólo era un jack, y fue a por él. Andando.

- Estoy muy a gusto, Itziar, no me hagas pensar en eso otra vez, si tienes mucho interés, otro día te cuento lo que pasó.

- Vale. Abrázame.

Eran las palabras que él quería oir. Sólo quería estar al lado de ella y olvidarse de todos los demás. Aquella noche estaba siendo muy especial para David. Antes del concierto, estuvo casi a gritos con Javi porque se habían olvidado de un jack para la conectar el micrófono a la cámara. Había estado esperando aquella entrevista más de dos meses. Luna Rojo solamente les concedería unos minutos y si no se hubiera dado cuenta él, no podría haber hecho la entrevista. David era un poco maniático, e irritantemente perfeccionista, tenía sus defectos, pero todos en el Canal Joven sabían apreciar sus dotes de comunicador, sobre todo por su agudeza haciendo entrevistas. Llevaba apenas un año delante de la cámara y había logrado convertirse en el mejor entrevistador del canal. Desde hacía más de medio año, todas las entrevistas a personas importantes las hacía él si quería, y si no, preparaba las preguntas para que otro las hiciera, mientras el se quedaba detrás de la cámara, tratando de innovar en la búsqueda del plano perfecto para cada pregunta, con la cámara al hombro. Hacía montajes completamente diferentes a lo que se estaba haciendo hasta entonces, pero nunca nadie podía criticar con motivo nada de lo que hacía.

- ¿Ya has pensado como vas a hacer la entrevista?

- Depende del tiempo que tenga y si la puedo hacer solo o no. Tengo varias opciones.


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