... o casi
Hoy es mi primer día de trabajo a la vuelta de mis vacaciones, vuelta a la rutina de los madrugones y del casancio que produce la rutina. Se acabaron los paseos por la playa y las noches en vela hasta las tantas escuchando el ruido de las olas de fondo.
Hoy volvió a levantarse el sol más tarde que yo y yo he vuelto a necesitar un despertador que me despierte. Vuelta al café y las tostadas que acompañan los primeros bostezos de cada día. Vuelta a pensar si esto merece la pena y si he de dar gracias por tener un trabajo tan lejos del mar...
Sé que no es lo mismo un verano trabajando en el interior que en la costa. Hace años tuve que pasarme el mes de agosto a medio camino de Madrid y Valencia... es distinto. El ambiente en las calles es diferente. Aunque por la mañana y hasta bien entrada la tarde no veía más que las paredes acristaladas de siempre, copia unas de otras y también de las actuales, a salir de trabajar y colgar la corbata intentaba dar un paseo por la Malvarrosa o acercarme a descasar un rato en El Saler. En Madrid, lo más que tengo es el Manzanares...
Todos los años por estas fechas me planteo lo mismo y no lo veo claro, pero sé que algún año lo haré: dejaré todo atrás, Madrid incluido y me iré a ver el mar en cada atardecer. A pasear por la arena incluso en los días fríos y volver a casa con energía para el nuevo día.
De momento, me queda el consuelo de seguir escribiendo de vez en cuando unas líneas que leas tú, a seguir disfrutando de lo que escriben Nika, Sara, Enrique, Alejandra, Eva... y tantos otros y viendo gente por las calles, que como yo, se pasará el mes de agosto trabajando.
Para los que estéis en la playa o al menos de descanso, os recomiendo que leais todo lo que podáis, que nunca está de más... especialmente si os animáis a leer Caída del Cielo, que os podéis descargar totalmente gratis en formato Kindle desde el 24 al 28 de Julio.
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