martes, 13 de mayo de 2014

Dulce presencia

Duerme en silencio,
si tu la ves,
algo te quema por dentro.

Ángel cuando duerme,
de tanto mirarla,
los ojos duelen.

Mil caricias, mil gestos,
sus ojos mariposas,
batiendo alas al viento.

Una luz ilumina el cielo
si su sonrisa
es tuya por un momento.

Sólo compararla con otra
es un desprecio,
la perfección no tiene copias.

No he conocido nunca
a nadie como ella,
mi vida ya es sólo suya.

En el cielo mil estrellas
y entre todas la más bella
lleva su nombre en su estela.

A su lado no hay noches,
es eterno el día,
si ella no se esconde.
Una flor de primavera
nació con ella y trajo
una caricia eterna.

Las gotas del rocío reflejan,
que ella en realidad
es casi una princesa.

Se empeña en negarlo,
pero el paraíso
está a su lado.

Su vacío es la tristeza
de perderla para siempre
de no tener su presencia.

Echarla de menos
es vivir por ella,
aferrado a su recuerdo.

Lo normal es quererla,
sin poder evitarlo
cuando la sientes cerca.

En el cielo una estrella
dejó para ella un hueco,
al verla se quedó ciega.

En el cielo mil estrellas
y entre todas es la más bella,
mi corazón es para ella.

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