viernes, 12 de febrero de 2016

Cartas de desamor: Ana


Cuando decides irte a vivir a una casa vieja, te encuentras con la historia de los inquilinos a lo largo del tiempo. Su vida queda reflejada en los golpes de los marcos de las puertas, en los arañazos del suelo y en cada marca que aparece en los muebles. Cuando decidí comprar aquel piso de las afueras de Madrid, no esperaba encontrarme con aquella caja perdida en el trastero, tampoco esperaba encontrarme la correspondencia de años del antiguo propietario y mucho menos aquella caja de puros llena de cartas de todas sus parejas.

Parte de la culpa de que llegase a leerlas la tiene el aburrimiento y la otra mitad, la necesidad de acallar la sed de curiosidad de ese cotilla que todos llevamos dentro. Inicialmente me llamó la atención que los nombres de los remitentes fueran todos distintos, leyéndolas, descubrí el motivo.


----- Ana / 27 de octubre de 1999 -----


Madrid, 27 de octubre de 1999
Hola niño!
Todavía no entiendo el motivo por el que has decidido poner tanta distancia entre nosotros. Ya sé que ahora no vivimos a dos calles de distancia y cada vez se va a hacer más difícil vernos, pero solamente va a ser durante un par de años, hasta que yo también termine la carrera y pueda irme a vivir contigo. Dos años no es nada, ya lo verás.
Además, yo puedo ir a visitarte de vez en cuando, pasar unos días contigo y tú también te puedes venir aquí. ¡Que Salamanca y Madrid no están tan lejos! En un par de horas de autobús me puedo presentar ahí y hacerte pasar una semana un poco más agradable.
Te echo de menos tanto que no puedes imaginar lo que me cuesta ir a clase. Los primeros días tenía las ganas de acabar cuanto antes para volver a estar junto a ti, pero ahora ya no sé si habrá un futuro en el que estemos juntos. Ahora ya no sé si quieres estar conmigo por mi o si lo de la distancia es una excusa. Sé que aquella otra vez que lo intentaste y a la que tanto haces referencia salió mal, pero ahora es distinto. Ya no estás en el instituto y tus padres ya no están impidiendo que pase tiempo con esa pareja que vive en la distancia. Yo tampoco soy una niñata tonta que no sabe la suerte que tiene de tenerte... yo nunca me iría con otro. Yo sólo quiero estar contigo.
Me gustaría que me cogieras el teléfono, pero hace ya varios días que no consigo hablar contigo. ¿Ni dos minutos tienes para hablar conmigo? ¿Tan pronto te has dado por vencido? De verdad, que no lo entiendo. Por mucho trabajo que tengas, no lo entiendo. No entiendo que yo pueda sacar horas y horas para pensar en ti y para llamarte en cuanto tengo un momento, sin darme por vencida y tú... tu nada.
¿Sabes? A veces pienso que hay otra, que es por eso que no me quieres coger el teléfono, porque ella está delante. Si es así, podías tener al menos la delicadeza de decírmelo. Solamente te llevará unos segundos y podrás seguir con tu vida y dejar la mía vacía del todo. Pero al menos seré consciente de ello y podré irme haciendo a la idea de que ya nunca estarás a mi lado cuando esté triste y necesite un abrazo o cuando esté contenta y quiera celebrarlo con alguien. Ya no estarás... ya no sé siquiera si estás.
Esta carta es mi último recurso, porque no voy a presentarme ahí. No creo que fuera capaz de soportar encontrarte con otra cuando hace poco más de un mes me abrazabas y me llenabas de caricias. No... no podría soportarlo. Contigo no. No he querido nunca a nadie como te quiero a ti y dudo mucho que pueda querer a alguien así. Nunca. En la vida podré sentir por otra persona lo que siento por ti.
Desde que te conocí has sido el centro de mi mundo y ahora veo que yo par ti no he sido más que una mas de tu lista, bastante larga por cierto. Pero ni siquiera eso me importó. No me importaba ser la... ¿qué posición ocupo? Seguro que no lo recuerdas... en fin, que me conformaba con ser la última y ser la que estuviera a tu lado el resto de tu vida. Pero parece que ya no va a ser así, porque tú no quieres que sea así.
Dani, de verdad, dime lo que pasa, cuéntamelo, seguro que no es para tanto y que podemos arreglarlo. Yo te quiero. Te quiero tanto, que no puedo imaginar el futuro sin ti. Porque el futuro sin ti no tiene sentido. Por favor, llámame, ven a verme, cógeme el teléfono alguna vez, lo que quieras... pero no me dejes de lado.
Te quiero mucho y siempre te querré... Ana





No hay comentarios:

Publicar un comentario